Montones de películas, documentales, libros, series y reportajes se han creado para hablar sobre el fin de los tiempos. “El apocalipsis ya es una cuestión rutinaria”, dice el artista Adrián Gouet, quien tomó todo este exceso de información como punto de partida para crear las obras de su exposición “El mejor imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo” (MAVI).
Adrián (Santiago, 1982) es un artista chileno que actualmente trabaja en distintas exposiciones en Santiago y Londres, donde se encuentra terminando estudios de doctorado en Artes y Humanidades, en el Royal College of Art. En esta entrevista con Onda Cultura nos contó un poco más sobre su trabajo y sus inspiraciones.
“Es mejor imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”
¿Cómo definirías tu trabajo?
Lo definiría como una exploración de las imágenes y los lenguajes que se inspira en una famosa frase del filósofo holandés Baruch Spinoza: “No deseamos las cosas porque las consideremos buenas, sino que consideramos buenas las cosas porque las deseamos”.
¿Cuáles son los primeros recuerdos que tienes acerca de tu interés por el arte y la pintura?
De muy chico dibujaba bastante, así que son recuerdos bien tempranos. Pero no diría que eso es equivalente a mi interés por el arte, que fue algo que se dio más de adulto, como un descubrimiento y una decisión profesional que tomé recién cuatro años después de haber salido del colegio.
¿Qué nos puedes contar acerca de cómo trabajas y cómo es tu proceso creativo?
Mi proceso creativo parte con una pulsión de recolectar o a veces coleccionar imágenes de muy diversas fuentes: libros viejos, revistas, y también de internet. Con ese material voy alimentando una especie de archivo a partir del cual se me ocurren ideas y cruces que luego voy cocinando, por así decir, en las pinturas que hago. Una herramienta fundamental para conectar estas dos dimensiones, pintura y archivo, son mis croqueras, que funcionan como el espacio de mis especulaciones, ideas, ensayos, encuentros, bocetos, escrituras, recordatorios, etc.
¿Qué intentas transmitir a través de tus obras?
En un sentido muy primario y directo, quisiera extender hacia los demás parte del mismo placer, la seducción o la curiosidad que me llevó a mí a hacer las pinturas y demás obras que hago. En otro sentido más teórico o incluso político, me interesa explorar las posibilidades de la pintura para transformar esa curiosidad y esa seducción en recursos que permitan hacer frente al fenómeno de la sobreacumulación mediática, que empobrece nuestra capacidad imaginativa al llenarnos de clichés e información estandarizada.
¿Qué podrán ver las personas que asistan a ver tu exposición “Es mejor imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”?
Quienes vayan a la exposición se encontrarán con un conjunto de pinturas y obras gráficas desplegadas en un montaje teatral y archivístico, y en el que el asunto del fin del mundo sirve como pretexto para escenificar los peligros y posibilidades que nuestra imaginación corre en un contexto agobiado y confundido por la sobrecarga mediática. Ocupando los dos pisos superiores del museo, la invitación de esta exposición es a reavivar nuestra capacidad imaginante recurriendo al extenso archivo visual que la cultura occidental ha producido en torno a la visión del fin de los tiempos, y explorar los ecos de ciertos problemas actuales: la saturación mediática, la superstición tecnológica, la estandarización perceptiva, la infertilidad de una cultura subordinada al mandato de los algoritmos, y cuyo futuro quizá sólo le depare una serie interminable de reiteraciones, pastiches y revivals.
La exposición “El mejor imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”, está abierta hasta el 18 de junio en el Museo MAVI. Regálate un momento para recorrerla y hacer volar tu imaginación.