Lola Kiepja es, según registros, la última chamana Selk’nam. Murió a fines del invierno de 1966, y con ella desapareció todo testimonio directo de una cultura milenaria, la de un pueblo paleolítico de cazadores-recolectores. Su grupo étnico es generalmente llamado Ona, aunque su verdadero nombre es selk’nam.
Nació en una vivienda hecha de cuero de guanaco y de niña paseaba por las playas de la Patagonia. De las sobrevivientes de su etnia, ella era de las pocas que vivía como indígena y que creció aprendiendo las tradiciones, ceremonias y cánticos.
Poco antes de su muerte, llegó a Tierra del Fuego la antropóloga Anne Chapman y juntas grabaron cánticos y diálogos selk’nam. Hoy, dichas grabaciones tienen un inmenso valor histórico.
Cuando falleció, se calcula que tenía 90 años y vivía a orillas del Lago Fagnano. Tuvo doce hijos y todos murieron antes que ella, al igual que la gran mayoría de los selk’nam, un pueblo que fue víctima de matanzas y cuya memoria persiste gracias a Lola.
“A pesar de las grandes tragedias de su vida, cuando empezaba a cantar o contar algo se movía alegre. Habilidad de sobreponerse a su destino, por decirlo así”, dijo Anne Chapman.
Conoce más sobre Lola Kiepja y el trabajo de Anne Chapman a través de su documental “Onas: Vida y Muerte en Tierra del Fuego”
1 comentario. Dejar nuevo
[…] Lola murió el invierno de 1966, y con ella desapareció todo testimonio directo de una cultura milenaria, la de un pueblo paleolítico de cazadores-recolectores. Su grupo étnico es generalmente llamado Ona, aunque su verdadero nombre es Selk’nam. […]