El bailarín clásico chileno Sebastián Vinet tiene solo 31 años, pero ha llegado tan lejos como ha querido en el mundo de la danza. Ha ganado importantes competencias internacionales de ballet, ha sido jurado en otras, y ahora también es productor y gestor cultural, dirigiendo sus propios workshops y proyectos.
Aunque se formó y vive fuera de Chile desde los 14 años, Sebastián sigue en constante contacto con nuestro país, tanto así que creó y dirige “Bailarines del Mañana”, un programa de becas que impulsa a jóvenes talentos chilenos, para que se perfeccionen en el extranjero y puedan cumplir su sueño de ser bailarines profesionales, tal como él lo hizo hace casi 20 años.
¿Cómo comenzó tu camino en la danza?
Uno de mis grandes sueños de niño era ser actor. Desde muy pequeño mi hermana me empezó a involucrar en comerciales e incluso salió la oportunidad de participar del piloto de la serie Amango. Unos años antes yo ya había comenzado a estudiar danza clásica, inspirado por la película Billy Elliot. A los 14 años vieron que tenía talento y me ofrecieron una beca para irme a Houston, EE.UU., a perfeccionarme. Ahí tuve que tomar una decisión: si me quedaba en Chile siguiendo una carrera televisiva, o me iba a Estados Unidos a cumplir mi sueño de ser bailarín de ballet, así que decidí el segundo camino y me fui a un curso de verano.
Allá participé en competencias de ballet internacionales, y una de ellas fue el Prix de Lausanne Suiza 2009, donde fui uno de los primeros chilenos en asistir y en ganar esa competencia a nivel mundial, la cual me abrió puertas laborales en diferentes compañías del mundo.
Bailé con el Houston Ballet, con el Ballet de San Francisco, la Compañía Nacional de Danza en México, el Ballet Nacional de Santiago en Chile, y actualmente bailo como invitado en diferentes partes del mundo, con diferentes compañías.
He tenido la suerte de bailar en todos los continentes del mundo.
En 2020 fui como jurado al Prix de Lausanne y ahí también empecé a ser maestro en distintas instituciones y competencias de ballet internacionales.
¿Qué significa la danza para ti?
Es una parte muy importante de mi vida que me ha dado la oportunidad de conocer el mundo, de haber conocido a mi esposa y de viajar con mi familia.
Amo lo que hago, me encanta poder crear, poder trabajar en eso, viajar bailando y enseñando.
Es una vida bastante privilegiada y desconocida, sobre todo en Chile, ya que siempre existe el estigma de pensar que no se puede vivir del arte.
Es una profesión y un estilo de vida que me ha dado la oportunidad de crecer como ser humano y aprender muchas cosas, conocer culturas, conocer personas y en este momento estoy en un punto de mi carrera en que me gusta transmitir el conocimiento, tanto artístico y técnico, que a mí me han otorgado estrellas de la danza tras compartir escenarios con ellos.
Cuéntanos sobre Bailarines del Mañana, ¿cómo se te ocurrió esta idea y cómo ha funcionado hasta ahora?
Bailarines del mañana es un sistema de becas que creé inspirado en otros en los que he tenido la oportunidad de participar como jurado y bailarín. Funciona a través de una audición en la cual los jóvenes son evaluados por un jurado nacional e internacional, y dependiendo del puntaje que saquen se les ofrecen becas para ir a estudiar cursos de verano como el que yo estudié cuando tenía 14 años en Houston. En esta primera edición las becas son para EE.UU.
La idea surgió con las ganas de querer devolver la mano de la misma forma que me la tendieron a mí cuando recién comencé mi carrera, y apoyar jóvenes talentos que existen en Chile, para que se puedan perfeccionar en el extranjero y comenzar una carrera internacional en el mundo de la danza.
En la primera edición otorgamos 10 becas, así que esperamos que esto siga creciendo para poder impulsar diversas formas de moverse, diferentes técnicas, no solamente en ballet, sino que también en danza contemporánea, a lo mejor teatro musical, etc.
¿Qué dirías que falta en Chile para potenciar la danza?
¡Uf! millones de cosas, principalmente hace falta la accesibilidad a entidades privadas que puedan escuchar un proyecto a ver si les interesa auspiciarlo, asimismo con diferentes áreas del gobierno y autoridades que están encargadas de las artes, ya que existen muchos proyectos que pueden potenciar la danza en Chile que ni siquiera llegan a ser escuchados.
Por otro lado, falta mucha educación sobre todo respecto a cómo comercializar las artes escénicas y la danza, y de esa forma poder atraer nuevo público y poder atraer posibles nuevos bailarines.
No podemos esperar tener una compañía profesional de ballet si no tenemos una escuela que se dedique a formar bailarines de excelencia
Por eso es importante enfocarse en los estudiantes de danza. Accesibilidad, entendimiento de cómo comercializar la danza y un enfoque educativo.
¿Qué puede aportar la danza a la vida de las personas?
No me gustaría entrar en el cliché de que va a cambiar el mundo y ese tipo de cosas que siempre te suelen decir. Si en algo puede contribuir la danza, es en entretenernos y despejarnos un poco de la realidad.
Las artes escénicas son una forma de escaparse del mundo real, sobre todo en el mundo que vivimos ahora que es súper complejo
Yo creo que el arte puede cambiar la vida de una persona, pero para la persona que lo ejerce. Pero para el público es un momento para poder despejarse, poder entretenerse, aprender y emocionarse, y de poder disfrutar lo que nosotros hacemos.
Si quieres conocer más sobre Sebastián Vinet, mira esta cápsula de AD México y Latinoamérica:
