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Revoluta, moda en revolución

¿Crees que la moda tiene el poder de cambiar el mundo? Si dudaste en tu respuesta, entonces te invitamos leer esta entrevista a Andrea Villarroel, creadora de la marca Revoluta, quien lleva 10 años viajando por el mundo con un potente mensaje ecológico.

La historia de Revoluta empieza en Puerto Montt, Chile, donde una chica que vestía distinto al común de la gente sentía una fuerte atracción por la ropa de segunda mano, mucho antes de conocer qué significaba el Upcycling y tener consciencia sobre los residuos que produce la industria de la moda y su impacto en el medio ambiente.

Me interesa transmitir conciencia de consumo, que se cuestionen de dónde vienen los productos que compran y que se atrevan a crear e intervenir sus propias prendas”.

“Mi nombre es Andrea, soy de Chile. Tengo 34 años y desde los 24 vivo de forma nómada. Terminé la universidad y decidí irme de viaje con mi mejor amiga por unos meses. Finalmente viajamos por todo Sudamerica con nuestra mochila, por casi 1 año, hasta que el velero de la suerte apareció y llegué, después de navegar 4 días por el Mar Caribe, a Bocas del Toro (Panamá). Fue amor a primera vista. Todos los hilos de la creatividad se movieron en mi cerebro y supe qué tenía que hacer”.

“Volví a Chile, trabajé en lo que fuera y ahorré lo que pude. Diseñé mi primera colección de swimwear y me prepararé para volver a salir de viaje. Esta vez sola, pero con un proyecto. Para ese entonces la marca ya existía. Tuve suerte de que para mi fue fácil encontrar mi vocación. Revoluta fue mi proyecto de título y la rompí, me gradué con honores. Lo que más me importaba entonces era la parte social, la educación y dignificación del rubro de la costura, enfocado en mujeres jefas de hogar”, cuenta.

RE-armar la forma de producir

¿Cuáles son los primeros recuerdos que tienes de tu pasión por la moda?

Desde muy temprana edad me gustó vestirme diferente, crecí en Puerto Montt, donde todo el mundo se vestia de negro y con ropa adquirida en multiendas. Cuando encontré las tiendas de ropa americana, me sentí muy inspirada por hacer mis propias creaciones a partir de textiles vintage, así fue como a los 15 años me llegó de regalo de cumpleaños mi primera maquina de coser, ya que mis padres se avergonzaban de mi ropa confeccionada a mano con pésimas terminaciones. A los 17 ya sabía que quería tener mi propia línea de ropa independiente.

Cuéntanos un poco sobre tu proceso creativo, ¿cómo es el camino que recorre una idea, desde tu imaginación hasta el perchero?

Mi proceso de creación es bastante simple (digo yo), ya que como trabajo con textiles en desuso, casi siempre las ideas vienen una vez tengo piezas de ropa para reciclar. Acepto donaciones de telas, y además compro en las tiendas de ropa americana, pero siempre basándome en los colores, estampados y textiles que quiero rescatar. Una vez seleccionadas las prendas, las desconstruyo en mi taller, y las vuelvo a ensamblar para convertirlas en piezas y prendas completamente diferentes y únicas. Todos los desechos los guardo para rellenar cojines de meditación que también forman parte de la línea de productos de la marca. Lanzo colecciones cápsula cada 6 meses aproximadamente para no sobre-producir prendas.

¿Qué intentas transmitir con tu trabajo? ¿Qué cosas te inspiran al momento de crear?

Me interesa transmitir conciencia de consumo, que se cuestionen de dónde vienen los productos y que se atrevan a crear e intervenir prendas. Además quiero visibilizar a todos los seres de este planeta, a través de prendas de diferentes usos y genderless, con materiales ecológicos y repensados. Me inspira la diversidad, los cuerpos y estilos diferentes, pero sobre todo la realidad en la que estoy que va variando mucho dada mi vida nómada desde el año 2013.

Cuando comencé con REVOLUTA vivía en Chile y me inspiraba profundamente la ciudad y la cultura urbana, sin embargo, cuando descubrí los trópicos mi visión cambió en 180 grados. Quería diseñar para mujeres que se apropien de su estilo de vida fuera de la ciudad y su conexión con una vida más sencilla y desde el lugar del feminismo y aceptación. Hoy en día, he vuelto a la ciudad, por lo que me he REconectado con mi lado citadino pero desde un punto de vista de clima tropical y para todas las personas que se identifican con cualquier género o ninguno.

¿Cuáles son tus proyecciones y sueños profesionales a futuro?

Mi sueño es poder ayudar a educar a más personas a través de la sostenibilidad con mis cursos, talleres y charlas, para derrocar o al menos intentar cambiar un sistema que sacrifica la vida de millones de personas en situación de vulnerabilidad , que por necesidad trabajan en esta industria, que al mismo tiempo pone en riesgo las condiciones medioambientales.

Si la historia de Andrea te inspiró tanto como a nosotros, síguela en sus redes, sitio web y no te pierdas sus creaciones.

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